Hoy
te presento los 4 ejes de la vida, que básicamente son 4 leyes de la
espiritualidad que rigen tu vida y tarde o tempano tendrás que pasar. Algunas
veces las personas llegan a nuestras vidas y rápidamente nos damos cuenta de que
esto pasa por que debe de ser así para servir un propósito, para enseñar una
lección, para descubrir quiénes somos en realidad, para enseñarnos lo que
deseamos alcanzar.
Si
alguien nos hiere, nos traiciona o rompe nuestros corazones les damos las gracias
porque nos han enseñado la importancia de perdonar, de la confianza y a tener más
cuidado de a quien le abrimos nuestros corazones.
Si
alguien nos ama, amémoslo nosotros a ellos tambien, no porque ellos nos amen, sino
porque nos han enseñado a amar y a abrirles nuestros corazones y nuestros ojos
a las cosas pequeñas de la vida.
Todo pasa por una razón en la vida. Nada sucede por
casualidad o por la suerte, sino por causalidad, enfermedades, heridas, el amor, felicidad, tristeza, momentos de
grandeza o de pura tonterías, todo ocurre para probar los límites
de nuestras vidas.
Para
entender mejor de que estamos hablando lo mejor será repasar lo que dicen estas
cuatro leyes:
El
primer eje dice:
“La
persona que llega es la persona correcta”.
Nadie
llega a nuestras vidas por casualidad, todas las personas que nos rodean, que
interactúan con nosotros, están allí por algo, para hacernos aprender y avanzar
en cada situación. Ahora, cuando alguien haya entrado en tu vida y no sepas muy
bien porque, puedes verlo de esta manera.
El
segunda eje dice:
“Lo
que sucede es la única cosa que podía haber sucedido”.
Nada,
absolutamente nada de lo que nos sucede podría haber sido de otra manera. Ni
siquiera el detalle más insignificante. El “hubiera” no existe. Lo que pasó fue
lo único que pudo haber pasado, y tuvo que haber sido así para que aprendamos
esa lección y sigamos adelante. Todas y cada una de las situaciones que nos
suceden en nuestras vidas son perfectas, aunque de momento no seamos capaces de
verlo así.
El
tercer eje dice:
“En
cualquier momento que comience es el momento correcto”.
Todo
comienza en el momento indicado, ni antes, ni después. Cuando estamos
preparados para que algo nuevo empiece en nuestras vidas, es allí cuándo
comenzará. La impaciencia, la intolerancia, la impulsividad solo nos limita en
el sentido de que nos impiden ver la perfección de los acontecimientos. Cambia
esta percepción y cambiarán tus sentimientos.
Y el
cuarto y último:
“Cuando
algo termina, termina”.
Simplemente
es así. Si algo terminó en nuestras vidas, es para nuestro bien, para nuestra
evolución, y por lo tanto es mejor dejarlo, seguir adelante y avanzar ya
enriquecidos con esa experiencia. El simple hecho de que estés leyendo esto, te
puede indicar que ahora es el mejor momento para soltar y despedirse.
Seguramente
después de leer esto, quizás encuentres una mínima respuesta y darte cuenta que para algunas
“Coincidencias” o hechos que te hayan ocurrido en tu vida, ya sean estos,
fortuitos o más desafortunados, no son por coincidencia. Todo tiene una
finalidad.
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