Las personas que atraes no son más que tu propio reflejo. Aunque te cueste
admitirlo, tú has invitado a la gente a que se acerque a ti.
No
ha sido una petición que hayas verbalizado, tampoco algo que hayas estado
buscando. Sin embargo, la
energía que emites te aproximará a aquellos que no deseas, pero
que, sin querer, atraes.
Cada
caída no es un fracaso, sino una oportunidad de darte cuenta de que no lo
estabas haciendo bien. Con las personas sucede lo mismo. Aprende de todo lo que ocurre a tu
alrededor, ¡abre los ojos! Todos aquellos que te rodean son tu
propio reflejo.
Te
lamentas constantemente porque aquellos con los que inicias relaciones de
pareja te hacen daño. Sin embargo, ¿no te resulta raro que siempre se repita la
misma historia?
Es importante que pienses que, tal vez, el error esté siendo tuyo. Algo debes estar
haciendo mal para que siempre termines con el mismo tipo de persona.
Tienes en tus manos el poder de acabar con esto. Tan solo debes fijarte en cómo actúas. Prueba con el cambio y pronto veras los resultados.
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