Muchas
de las personas que nos rodean son adictas a pedir y pedir sin ofrecer nada a
cambio. Se trata de gente que se aprovecha de
ciertas situaciones y que creen que lo que a ellos les interesa está por encima
de todo.
Normalmente
no se cuestionan si sus peticiones son justas o injustas, pues no conocen la
mesura más allá de su propio interés. Como es obvio, existen egoísmos más o
menos enmascarados, pero generalmente con el tiempo podemos abrir los ojos
y protegernos.
Como se suele
decir, una cosa es ser buenos y otra muy distinta es ser “tontos”. Lo que ocurre es que muchas veces pecamos de esto último por no
renunciar a la bondad. Como consecuencia pueden aprovecharse de nosotros.
Sé
que estás pensando en decirme que, a veces lo damos todo y no recibimos nada a cambio
Hay una delgada línea entre el uso y el abuso de nuestra confianza. Querer complacer a
todos es sentenciar nuestra felicidad, por lo que hay que tener cuidado de no
caer en el error de ceder en todo por sentirnos chantajeados
o moralmente obligados.
Toda
relación debe alimentarse de algún tipo de reciprocidad con el fin de que no
deteriorar o envenenar aquellos que nos une.
De todas
maneras, no
siempre que nos sentimos de esta forma estamos siendo utilizados,
solo que los demás no reaccionan como nosotros lo haríamos y eso nos desespera
y acrecienta este sentimiento de pañuelo desechable.
O sea que lo ideal es que tengamos precaución, valoremos bien la
situación y seamos pacientes antes de concluir que se están aprovechando de
nosotros. Es
decir, debemos conseguir que pesen más los hechos que los sentimientos.
Y sobre todo no permitas que los demás te conviertan en quien no eres
A las personas vampiras solo les interesa su propio beneficio. Cuando las
descubras, aleja tus planes de vida de ellas y establece límites emocionales
que no hagan peligrar tu identidad. Ten claro que todo vínculo requiere reciprocidad,
sin convertirlo en un contrato de “yo
te doy en la medida en la que tú me des”.
Dar para recibir no requiere devolverlo de la misma forma pero pide
de disposición y placer mutuos. Ambas partes de la relación deben sentirlo y transmitirlo,
porque de lo contrario se pierde nobleza en nuestros intercambios.
Pon
especial atención en no recaer en relaciones vampiras. Di no cuando así lo
sientas pero hazlo de manera asertiva, hazte respetar y plantéate que todo lo
que haces tiene un precio, el de hacerte sentir bien.
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